[Por si a caso, todo lo narrabas tú en la novela]
Todo comienza así…
Como cualquier día normal, te encontrabas en e l colegio.
Como es típico del colegio, después de todas las clases ABURRIDAS que hay, por fin… tocó el timbre para poder salir al recreo.
-En el recreo-
Todo el mundo que se encontraba ahí, gritaban como locos, chismoseaban, jugaban, reían, peleaban, para resumir hacían de todo.
-¡Hey, chicas!- dijo mi amiga, Cristina, mientras venía hacia donde estábamos nosotras.
-¡Cristy!- la saludé.
-¡Cuidado con la pelota!- escuché una voz que me dijo eso, pero no la pude reconocer.
Grité, pues se acercaba mucho a mí, demasiado para ser verdad.
De pronto, se me nubló todo, estaba todo negro, y me comenzó a doler demasiado la cabeza, no soportaba ese maldito dolor.
-¡Ay! lo siento… ¡perdóname!- dijo una voz arrepentidamente- ¿estás bien?- terminó de decir, preocupado.
-¡ESTÁ INCONCIENTE!- gritaron todos.
-¡Tarado!- dijo una de mis amigas- ¡baboso!- dijo otra- ¡HAZ ALGO!- sentenciaron todas.
Cuando desperté me di cuenta de que estaba en la enfermería de mi escuela, junto a un chico… por así decirlo “misterioso”. Veía todo borroso y sentía un intenso dolor en mi cabeza.
-¡Auch!- dije con un tono de dolor- ¡mi cabeza- lo dije mientras me sobaba la cabeza.
-¡Despertaste!- exclamó feliz la voz de mi amiga- ¡Por fin!- terminó de decir Micaela.
Era Micaela, mi mejor amiga, la única en quién confiaba realmente.
-¿Qué me pasó?- dije aturdida.
-Éste pendejo te tiró un pelotazo- dijo enojada, Micaela.
-¿Quién?- dije mientras me comencé reír.
Vi como el chico que había sentado en un costado de mi camilla, se levantó y fue hacia donde estaba echada.
-¿Te duele mucho la cabeza?- con ese tono de preocupación de mi amiga lo exclamó.
-Sí- Me toqué la cabeza, justo donde sentía todo ese horroroso dolor.
-Ahora me voy a ir, porque alguien debe de decir algo- dijo enojada, y fulminó a ese chico con la mirada.
Él chico me parecía familiar, pero no sé… ¿de dónde?... acá en ________(tu país) todos son feos… ¿feos? Perdón, quise decir horrosos.
-¿Y tú quién eres?- le pregunté a ese chico.
-¡Ah cierto!- dijo mirándome- me llamo Chaz.
-¿Chaz Somers?- logré decir sorprendida.
-Sí- me respondió- ¡un momento!- dijo reaccionando- ¿cómo lo sabes?
¡Era obvio! Tenía un español, por así decirlo… algo “masticado”, o sea de que no lo hablaba bien, más bien no se le entendía mucho.
-¡ES OBVIO!- dije emocionada- ¡eres el mejor amigo de Justin Bieber!- dije con cara de enamorada.
Chaz comenzó a reírse.
-¿Y tú? ¿Cómo te llamas?- me preguntó.
-¡Oh cierto!- le dije, tranquilizándome- perdón, me llamó ________(tu nombre), ________(tu nombre completo).
-¡Qué lindo nombre tienes!- me dijo.
-¡Bromeas! ¿Cierto?
-¡No!- dijo soltando una que otra carcajada Chaz.
-Bueno…- yo también quería jugar a ese juego- tú también tienes un hermoso nombre- era cierto, amaba su nombre.
Chaz se sonrojó levemente- gracias- dijo y se rió.
Sentí como la puerta se abría, ahí estaba Mica, con un Frapuccino en la mano, tomándolo, y me miró.
-¡Veo que interrumpo!- dijo la imprudente de mi amiga.
-¡Ay! no digas tonterías- no quería que me haga pasar un mal rato enfrente de Chaz.
Micaela comenzó a reírse- ahora, ¿pediste perdón?- se dirigió a Chaz.
Chaz frunció la mirada, pero fue para Micaela.
-Lo tomaré como un sí- dijo sonriente Mica- así que ahora te puedes retirar- le señaló la puerta- te llama mi tío, está en la puerta del colegio, ya te vas.
-¿Ya?- dijo medio molesto.
-Sí, así que vete- le dijo Micaela.
Chaz volteó los ojos- nos vemos luego- se despidió de mí con un beso en la mejilla y se fue.
Chaz me miró, me sonrió, y vi como un "adiós" salió de sus hermosos y perfectos labios, y de ahí se dirigió a la puerta.
Yo me quedé mirando a Micaela.
-¿Qué pasa?- preguntó.
-¡Tú!- le dije- digo- tratando de buscar una forma de cómo decirle las cosas- ¿cómo lo conocías?- tratando de salir de mi asombro.
-¡Ah!- me dijo vagamente- ¿no te dije?- me preguntó.
-¿Qué cosa?
-¡Es mi primo!- me dijo Micaela.
-No- dije un tanto molesta- creo que se te olvidó ese pequeño detalle- sentencié con sarcasmo.
Micaela se acercó hacia mí, y se sentó en la silla que estaba al costado de la camilla.
De repente sentí unos pasos en la amplia puerta de madera, vi que era la enfermera del colegio, una mujer de unos 40 años, delgada, de cabello negro alisado que se lo recogía en un moño, blanca, y unos ojos hermosos color avellana…
-________(tu nombre)- me dijo con su dulce voz maternal- veo que ya estás mejor, ¿no?- terminó de decir con una sonrisa.
-Sí -le sonreí- ¿ya me puedo ir? –le pregunté.
-Justo te iba a decir eso –sonriendo- pero solamente un chequeo rápido para ver si realmente estás bien y te puedes ir.
-Ya, bueno ________(tu nombre)- me dijo mi amiga- te espero en el salón, ¿ya?
-Ok- le contesté sonriente.
La enfermera me hizo un par de pruebas para ver cómo me encontraba.
Cuando terminó de hacerme todas las pruebas correspondientes, me recetó unas pastillas para el intenso dolor de cabeza que aún tenía.
-¡Listo! –me dijo- puedes irte.
-¡Gracias!- le dije.
Salí y me dirigí hacia el salón.
(En el salón)
Vi a Micaela sentada, conversando con otro amiga, pero cuando me vio se despidió de Micaela, y luego de mí y se retiró del salón.
-Mica- le dije- ya nos podemos ir- le sonreí.
-Ok, vamos- me respondió.
Agarré mi mochila y ella la suya y nos fuimos hacia la puerta del colegio; ya serían como las 4 de la tarde, así que ya no había muchas personas en el colegio.
(Mientras caminábamos)
Comenzábamos a hablar de varios temas que surgían entre nosotras.
Llegamos hacia mi casa.
(En mi casa)
Antes de entrar a mi casa, Micaela se despidió de mí, y se fue hacia su casa.
Yo entré a mi casa, y de ahí directamente a la sala.
(En sala)
Me di con la sorpresa de ver a mis papás ahí juntos a esta hora, que por cierto, ya eran las 5.
-¿Y esta sorpresa?- les pregunté.
-Hija, debemos de hablar –me contestó mi madre.
-¿Quién murió? –dije haciéndome la payasa, mientras me sentaba en uno de los sillones dejando mi mochila en el piso.
-Nadie –soltó una carcajada mi papá.
-¿Entonces?...
-¡Stef! –gritó mi mamá para llamar a mi hermana, quién seguramente se encontraba en el segundo piso.
-¡Ya voy! –respondió desde el segundo piso.
A los pocos segundos vi bajar a mi hermana, una chica delgada, un poco más baja que yo, pero casi de mi estatura, caucásica, ojos negros, pero a la misma vez bonitos, al contrario de mí, o al menos eso pensaba yo, y casi de mi estatura, pero era más baja ella, tenía 16 años, mientras yo solamente 14 años; pero ella era un poco más delicada que yo.
-¡Ya bajé! –dijo.
-¡No! –le respondí con sarcasmo- ¿en serio?
-¡Hijas! Ya no peleen –dijo mi papá.
-Ok –dijimos en unísono Stef y yo.
-Bueno, ¿qué pasa? –pregunté.
-Sí –afirmó mi hermana- ¿por qué tanto misterio?
-Bueno, su madre y yo les queremos dar una noticia –agarró la mano de mi mamá.
-Sí –dijo sonriente mi mamá.
-Desde hace tiempo he estado buscando otro trabajo, y bueno me topé con la oportunidad de que una empresa estadounidense, me quería contratar, y así será –hizo una breve pausa mi papá – acepte –dijo sonriente.
-¿QUÉ? –dijimos mi hermana y yo.
-Sí, nos vamos –mi mamá lo reafirmó sonriente.
-A Atlanta, en…
-Georgia –interrumpió a mi papá, y respondió mi hermana.
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Chicas, espero que les guste mucho el capítulo y comenten.
Perdón por el retraso de no haber subido capítulo antes, pero hice mi mayor esfuerzo, estuve en exámenes y todo eso, perdón.
Las quiero (:
♫Vero♫
